Serie Coyote Blanco

  • Abrevadero de dinasaurios

jueves, 2 de septiembre de 2010

Trazos En La Piel

Portada de Alejandro Pérez Cruz
Trazos en la piel
Felix Cardoso
(Cofradía de coyotes, 2010)

Trazos en la piel de Félix Cardoso no es un libro convencional sino que es profundamente “sensorial”, porque a través de los cinco sentidos, sobre todo el tacto y la vista, el poeta realiza un recorrido lúdico por la piel de la amada, auténticos trazos, que nos llevan a pensar que es precisamente el erotismo lo que nos separa del reino animal.
Lo Duca en su Historia del erotismo señala una realidad fundamental en una relación de pareja: “En todas nuestras civilizaciones la dignidad viril es sacrificada y humillada. El hombre pide, pero la mujer tiene el poder de acordar o de rehusar”. Por eso el poeta se empeña en poner por escrito sus emociones, para decir con las palabras y recalcar esa pérdida de su (y nuestra) dignidad al tener que pedir, mendigar, propiciar los instantes con la piel, con el cuerpo amado.
Pero no queda ahí el asunto: las palabras son también caricias y quien las lee o pronuncia, se ve de pronto envuelto en el halo y la magia de lo que podríamos llamar lo “cachondo” del instante amoroso. Si el erotismo nos lleva al sexo, también nos conduce a una comunicación muy fina y especial que se da entre los cuerpos cuando ya no se necesitan palabras, aunque sabemos que las palabras son necesarias para conseguir primero el cuerpo y luego reafirmar el acto lúdico, erótico, amoroso, nuevamente, con las palabras.
Sin ninguna duda Trazos en la piel es un libro pecaminoso, cachondo, lúdico, que debe de estar en todas las bibliotecas de quienes se precien de amar el amor, de desear los caros cuerpos femeninos y de quienes aprecien la insinuación placentera de las palabras que nos conducen, irremediablemente, al erotismo.
Arturo Trejo Villafuerte

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